Día 3 – Tiempo para Dios: Si tus trabajos son demasiado cansados o tu día muy ajetreado y quizá hoy luchaste para levantarte pídele al Señor que despierte tu oído tu mente mientras el despertador despierta tu cuerpo. Quizás tu mente puede vagar en otros pensamientos o adormecerse un poco mientras oras, pero tu ruega al señor para que el tiempo que estés sobre tus rodillas o con tu Biblia en la mano te mantengas bien despierto y con oídos abiertos para escuchar su voz. Para memorizar: Isaías 5:4